
Esta carta que representa a una mujer, que lleva un hijo en su vientre, encarna el principio femenino que crea y proporciona abundancia, belleza, refinamiento, paz, delicadeza y protección.
Es la energía además, que controla sus creaciones, haciéndolas un seguimiento, como buena madre, para que no se pierdan y den frutos, aunque pueda caer en un exceso de celo.
Por tanto, bajo el reinado de La Emperatriz, es un magnífico día para vivir y disfrutar de armonía y propicio al florecimiento de sentimientos generosos y positivos hacia los demás.
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